El pasado mes de junio se publicó en la revista Nature Partner Journal – Parkinson’s Disease, en colaboración con Parkinson’s Fundation, una investigación liderada por el Dr. Emmanuel Roze. Esta investigación se ha llevado a cabo en diferentes centros y hospitales de París, como por ejemplo el Hospital Pitié-Salpêtrière, con los principales objetivos de conocer los efectos a largo plazo de la apomorfina en infusión continua subcutánea (AICS) en la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) de las personas con enfermedad de Parkinson (EP) y a su vez, poder encontrar predictores relacionados con la discontinuación del tratamiento para predecir qué personas con EP serán las mejores candidatas a tratamiento con AICS.
Para ello, en este estudio de vida real se analizaron los datos, obtenidos durante 2 años, de personas con EP avanzado tratados con AICS, con el foco puesto en el cuestionario de calidad de vida en EP (PDQ-39).
De esta manera, los/as investigadores/as del estudio han determinado que, de las 110 personas evaluadas durante un período de 2 años, solo el 35% interrumpió el tratamiento con AICS. En el 65% de las personas con EP que continuaron con él, la CVRS se mantuvo estable con una reducción sostenida de las fluctuaciones motoras. El efecto observado sobre las discinesias fue leve y transitorio. Además, es de destacar que las personas con trastornos preexistentes del control de los impulsos mostraron una buena tolerabilidad general al tratamiento durante los dos años 2 años.
Por otro lado, observaron que el cuestionario de calidad de vida en EP fue el único predictor basal de mejora de la CVRS después de 2 años de tratamiento, mediante el cual han logrado determinar cuáles son los predictores de discontinuación del tratamiento: la presencia de discinesias, tener un peor estado psicológico, una menor duración de la enfermedad, ser de sexo masculino y un peor estado OFF.
Por lo tanto, los/as investigadores/as, tras realizar este estudio, concluyen que los mejores candidatos para el tratamiento con AICS son personas con EP que poseen una mala calidad de vida basal y marcadas fluctuaciones motoras.