Dos investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos han publicado en la revista Brain Science un artículo que revisa la literatura publicada hasta el momento con el principal objetivo de investigar el papel que desempeña el ejercicio físico en la modulación del sistema inmune, en la salud de los/as pacientes con enfermedad de Parkinson (EP), y si podría suponer una medida de protección frente al SARS-Cov-2.
En esta exhaustiva revisión los/as autores muestran mediante diferentes estudios analizados que realizar ejercicio físico aumenta el intercambio del sistema inmune, tanto el innato como el adaptativo, entre la sangre y el sistema linfático; aumenta la respuesta a la vacunación; mejora la inmunovigilancia; y produce una reducción generalizada de la inflamación sistémica. A su vez, analizan cómo practicar ejercicio físico de forma leve o moderada, es tanto neuroprotector como neuroplástico y alarga la calidad de vida de los pacientes con EP. Asimismo, estudios recientes han relacionado positivamente el ejercicio físico como una posible herramienta para disminuir y regular la tormenta de citoquinas proinflamatorias.
Todos estos hallazgos sugieren que realizar ejercicio físico moderado es una posible medida potencialmente protectora frente a la infección por COVID-19, a la vez que podría mitigar de los síntomas; se necesitarán, no obstante, estudios clínicos específicos para corroborar esta hipótesis.
Con todo lo analizado concluyen que realizar ejercicio físico de forma persistente y realizado correctamente, aparte de mejorar la salud de las personas adultas de forma generalizada, mejora el sistema inmune pudiendo considerarse como estrategia de tratamiento en pacientes con EP para mejorar su calidad de vida.
Puedes acceder al artículo completo en Brain Science.