Entrevistamos a la Dra. Martí en relación a su trabajo sobre la Parálisis Supranuclear Progresiva, una enfermedad de escasa prevalencia que se encuentra entre los denominados «parkinsonismos», que son un grupo de afectaciones neurológicas que comparten algunos de los síntomas de la enfermedad de Parkinson pero cuyas características y evolución difieren con respecto a esta patología. El estudio llamado «Parálisis Supranuclear Progresiva: patrón metabólico común en diferentes subtipos clínicos» ha sido premiado con el Premio Zambon al neurólogo joven en Trastornos del Movimiento 2020.
¿Qué te llevó a estudiar sobre los trastornos del movimiento?
Mi interés por los trastornos del movimiento surgió prácticamente desde el inicio de la residencia de Neurología. Es una subespecialidad en la que la observación es clave, por lo que se puede diagnosticar a un paciente tan solo por sus movimientos espontáneos sin recibir información adicional mediante la entrevista médica. Este fue el punto inicial que llamó mi atención. No obstante, más adelante me percaté de que las enfermedades denominadas como trastornos del movimiento eran muy complejas, y no todo era movimiento. En la mayoría de los trastornos, los signos motores confluyen con signos/síntomas cognitivos, psiquiátricos y/o conductuales, siendo estos el principal problema para el paciente en muchas ocasiones. Por lo que, para llegar a un diagnóstico correcto y lograr un abordaje que satisfaga todas las necesidades del paciente, es clave la observación, una completa entrevista médica y una exhaustiva exploración física. En conclusión, me atrajo la combinación entre la complejidad de la materia y la posibilidad de ayudar notablemente al paciente si conoces bien la enfermedad.
¿Cuál era/es el objetivo de la investigación?
El trabajo de investigación premiado es parte de mi proyecto de doctorado. Mi doctorado tiene como objetivo principal el analizar el valor diagnóstico y pronóstico de una técnica de imagen funcional del cerebro aplicada en pacientes con un síndrome parkinsoniano de causa neurodegenerativa. Bajo este concepto se engloba, no solo a la enfermedad de Parkinson, sino también a otras enfermedades cómo la Parálisis Supranuclear Progresiva, la Atrofia Multisistema, el síndrome corticobasal y la demencia por cuerpos de Lewy. En esa línea, el trabajo premiado tiene como objetivo analizar el deterioro funcional de redes neuronales del cerebro en pacientes con diagnóstico de Parálisis Supranuclear Progresiva a través de PET-FDG.
¿Cuáles son las conclusiones principales a las que llegaste?
Los pacientes con Parálisis Supranuclear Progresiva muestran una gran heterogeneidad en relación con los síntomas de debut y evolución en estadios tempranos. En el presente trabajo se definieron las redes neuronales comunes que se encuentran alteradas en los pacientes con diagnóstico final de Parálisis Supranuclear Progresiva, independientemente del tipo de presentación de la enfermedad. Además, validamos el patrón metabólico como herramienta de soporte al diagnóstico en estadios tempranos de la enfermedad en comparación con pacientes con Enfermedad de Parkinson y sujetos sanos.
¿Cuáles crees que podrían ser los próximos pasos tras esta investigación?
Paralelamente al trabajo premiado, hemos definido y validado los patrones de metabolismo cerebral en pacientes con diagnóstico de Enfermedad de Parkinson y Atrofia Multisistema. Los próximos pasos irían encaminados a aplicar metodología basada en el Machine Learning para aplicar técnicas de clasificación automatizada de las imágenes. Sería un proceso automático e independiente del observador, lo que facilitaría su aplicabilidad a gran escala y en otros centros.
Por otro lado, el año 2020 se nos concedió un proyecto de investigación PFIS multicéntrico – colaboración entre Complejo Hospitalario de Navarra (Dra. E. Erro) y la Clínica Universidad de Navarra (Dr. J. Arbizu) – con el objetivo de evaluar el papel diagnóstico y pronóstico de la PET mediante FDG y un radioisótopo de la proteína tau (marcador anatomopatológico de la enfermedad).
¿Qué significa para ti recibir el premio Zambon al neurólogo joven en Trastornos del Movimiento?
Se trata de un premio otorgado por el Grupo de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología con el soporte económico de los laboratorios Zambon, por lo que resulta un reconocimiento a nivel nacional de mi trayectoria de investigación. Me encuentro muy agradecida por el interés y apoyo mostrado por mis compañeros de profesión. Esto supone un impulso a mi carrera profesional como investigadora junior. Asimismo, agradezco a los laboratorios Zambon su interés en la formación académica y reconocimiento de los especialistas que trabajamos en el campo de los trastornos del movimiento.
Cada 11 de febrero celebramos el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, ¿cuál crees que es el papel de la mujer en la investigación de los trastornos del movimiento?
Es una realidad que cada vez son más mujeres las que estudian Medicina y que por tanto llegan a formarse en una especialidad, como la Neurología. Por ello, cada vez son más las mujeres que adoptan cargos directivos en las sociedades científicas y grupos de investigación, siendo referentes para las generaciones más jóvenes. En mi caso particular, me siento afortunada de tener como mentora y referente profesional a la reconocida neuróloga e investigadora Dra. MR. Luquin Piudo, la cual indudablemente ha influido en mi trayectoria profesional y personal. Desde mi punto de vista, el papel de la mujer debería ser idéntico al papel del hombre en la investigación médica, sin perder de vista que el interés de cualquier grupo de investigación es de disponer de los profesionales con mejor cualificación posible en el campo, independiente del género de estos.
¿Crees que las mujeres se encuentran con mayores dificultades que los hombres a la hora de desarrollar proyectos de investigación?
Las únicas dificultades que observo en el campo profesional son las ligadas al deseo reproductivo que pueda tener una pareja en edad fértil. Hasta el momento, la desigualdad de prestaciones de maternidad y paternidad condicionaba un mayor ausentismo de la mujer en comparación con un hombre. Asimismo, las mujeres tienden a solicitar más excedencias que los hombres para el cuidado de hijos y/o familiares dependientes. En mi opinión, hasta que no existan y se apliquen normas que equiparen a ambos sexos en cuestión de derechos y obligaciones, existirá una desigualdad que condicionará una mayor dificultad de crecimiento profesional para el caso de las mujeres.
¿Qué cosas crees que habría que cambiar en relación al papel de la mujer en investigación?
Tal y como comentaba en la respuesta anterior, se necesitan normativas que garanticen una igualdad de oportunidades para ambos sexos. Algunas de ellas se han implementado recientemente como por ejemplo el no tenerse en cuenta las bajas de maternidad o excedencias por cuidado de personas dependientes en la evaluación de los currículos vitae de las investigadoras en concursos públicos (becas de recursos humanos, proyectos de investigación, etc.). Sus frutos se verán a largo plazo, pero es un cambio hacia la igualdad de género. No obstante, las mujeres científicas somos conscientes de que queda camino por recorrer. Mientras tanto, desde instituciones nacionales la comunidad científica organiza iniciativas para potenciar la figura de la mujer. Ejemplo de ello es el simposio “Liderazgo, Mujer y Neurología” que se ha impartido en las dos últimas reuniones anuales de la Sociedad Española de Neurología, dónde se analizó el coste-oportunidad de la brecha de género en el ámbito sanitario y se generaron propuestas para su solución o minimización.
Entre los puntos de cambio de interés destacaría el desarrollo de leyes que garanticen la no discriminación por género el proceso de selección para un puesto de trabajo, así como fomentar un sistema educativo que inculque los valores de igualdad en las generaciones futuras.